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sábado, 14 de noviembre de 2015

La economía no crece por decreto

Ante las recientes medidas del Ejecutivo costarricense, como por ejemplo la disminución de la tasa de interés para fomentar el crecimiento económico, debe recordarse que en política económica todo tiene que estar articulado.

Es decir, las variables independientes van a influir sobre las variables dependientes. Por ejemplo, si llamamos crecimiento económico (PIB) a la dependiente, la tasa de interés, confianza empresarial, consumo, confianza de los inversionistas, atracción de inversión directa extranjera, capital humano y muchas otras serán las variables independientes.

A nivel microeconómico existe un problema sin resolver: costos de producción altos por el costo de la electricidad. El gobierno prometió que en 18 meses solucionaría esto; sin embargo, no ha sido así.

El sector empresarial necesita confiar en que el gobierno va a caminar en la dirección correcta, (aumento del PIB, disminución del desempleo) y el sector exportador necesita que el colón se devalúe para poder competir a nivel internacional, ya que otros competidores han devaluado su moneda y, por ende, sus productos en Estados Unidos serán más baratos que los productos ticos.

A nivel macroeconómico se tiene una tasa de interés que no baja a pesar de que la inflación acumulada de los últimos doce meses es de -0,86%, es decir, que los productos transables y no transables  que se comercializan en el país han bajado de precio, por lo tanto, si se  devalúa la moneda, esto tendría poco impacto en la inflación y se estaría logrando que el sector exportador tenga una mayor competitividad y, por ende, se aumenten las exportaciones y se logre un mayor crecimiento económico.

El Banco Central estableció una meta entre un 3% y un 5% de inflación para este 2015, pero a cómo van las cosas posiblemente se tendrá una deflación (inflación negativa).

El gobierno cree que una de las variables importantes para poder obtener un crecimiento económico es la tasa de interés, y esto no es así. Para poder contrarrestar la crisis del 2008, EE.UU aplicó una política monetaria altamente expansiva con tasa de interés casi cero; sin embargo, el crecimiento no se lograba porque hay un componente importante que es la confianza empresarial, variable fundamental en un modelo econométrico para poder obtener el crecimiento. Por lo tanto, no es cierto que por bajar la tasa de interés se obtenga el tan ansiado crecimiento económico. Influyen otras variables y  no solamente es la tasa de interés.

¿Qué debería hacer el gobierno? Ganar la confianza del sector empresarial: primero bajando el costo de la electricidad y, segundo, dejando que el Banco Central actué. Si baja la tasa de inflación, lo más probable es que tiendan a bajar las tasas de interés. También debe realizar alianzas públicas y privadas para mejorar la competitividad del país. Debe también dejarse de preocupar por  combatir la pobreza, ya que si el PIB aumenta, disminuiría el desempleo y, por ende, la pobreza.

Es necesario que exista un matrimonio entre el gobierno y la empresa privada para revitalizar la alicaída economía, pues el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que la nuestra crecería un 3% este 2015 y que tendría uno de los crecimientos más bajos del Itsmo, después de El Salvador (2.3%).


Es dañina la alianza entre el gobierno y los sindicatos, ya que esta mina la confianza empresarial. Se debe invertir en infraestructura, bajar el costo de la electricidad, dejar que el Banco Central maneje la política monetaria y lograr que la Asamblea Legislativa realice los cambios para propiciar una apertura en el sector eléctrico, que es el talón de Aquiles de la alicaída industria nacional e internacional.
Publicado en la revista Mercados & Tendencias el 4 de noviembre del 2015
http://revistamyt.com/voces/la-economia-no-crece-por-decreto/

sábado, 22 de agosto de 2015

UBER no es competencia sino un socio estratégico

Los taxistas de Costa Rica están en contra de la aplicación para teléfonos inteligentes UBER. Aunque es normal su resistencia al cambio, este tipo de tecnología no debe verse como una amenaza, sino más bien con un socio estratégico.

Es importante recalcar que UBER no es una empresa de taxis sino, una aplicación móvil que interactúa en el mercado como un intermediario entre oferentes de servicio de transporte privado público y los consumidores y cobran una comisión a los oferentes por este servicio, exactamente como hace AMAZON en el comercio electrónico.

La economía enseña que la demanda está en función del precio, los gustos y las preferencias, los cuales hoy en día se ven además influenciados por la tecnología y, como ocurre en este caso, por el aumento  en el uso de los teléfonos inteligentes.

Para nadie es un secreto que el consumo de aplicaciones ha aumentado considerablemente en los últimos años. Ahora existen aplicaciones, por ejemplo, para averiguar una dirección tales como WAZE, utilizada para encontrar la dirección de un destino poco conocido, y así otras muchas a las que muchos usuarios acceden diariamente a través de su teléfono inteligente.

Pues bien, lo mismo puede pasar con el servicio de taxi. Una aplicación de este tipo favorecería a los usuarios en tanto  ya no tendrán obligadamente que llamar cuando requieran un servicio de taxi, puesto que ahora UBER les permitiría realizar dicha búsqueda en términos de segundos. Esta aplicación, entonces, permitiría a los taxistas tener una mayor cantidad de clientes. Porque permitirá tener menos tiempos muertos, al ubicar los clientes en forma simultánea que sería más difícil esperar en una parada de taxis, o estarlos buscando en la calle.

La tecnología está cambiando nuestros gustos y preferencias. No hay que rechazarla, sino aprovechar sus ventajas para potenciar las actividades económicas. Por ejemplo, cuando WALMART anunció que entraba a competir al mercado costarricense, la familia Uribe hizo una Alianza Estratégica con la transnacional. Es decir, si no puedes con tu enemigo, únetele .

En mi opinión, esta aplicación no debe verse como una amenaza, sino más bien como un socio estratégico. Antes que otros tomen la iniciativa, los taxistas deberían reconocer el potencial de esta aplicación.

Si bien en este negocio habrá algunos perdedores, específicamente las radio bases del servicio del taxi, aun así sería una operación GANAR-GANAR. Pero si los taxistas no toman la iniciativa de ofrecer el servicio por este medio, probablemente serán otros los que saldrán ganando al estar ofreciendo un servicio más acorde a los gustos y preferencias de hoy en día.
Publicado  el 24 de agosto del 2015 
http://revistamyt.com/uber-competencia-o-socio-estrategico/

viernes, 31 de julio de 2015

Inconveniente proteccionismo

El gobierno de don Luis Guillermo Solís piensa que el modelo de apertura comercial que ha imperado en los últimos 25 años no ha sido exitoso. Por ello, cree más en el mercado interno, en subsidiar a los productores nacionales y en cerrar las fronteras mediante aranceles, sobretasas arancelarias y medidas fitosanitarias, como ha ocurrido con el arroz. Además, desde las instituciones estatales existe presión para beneficiar al sector porcicultor.

Parece que lo ideológico predomina sobre lo técnico en las decisiones del Gobierno. Esto se ve en la sobretasa arancelaria del arroz, que irrespeta acuerdos comerciales firmados con otros países, y lo más grave es que tales decisiones nos ponen en riesgo de represalias comerciales que perjudicarán a los productores nacionales que sí son eficientes y exportan a diversos países, como los piñeros, los cafetaleros y los bananeros.

En materia de comercio internacional, nuestro país está obligado a respetar los tratados comerciales; no se vale cambiar las reglas del juego por una cuestión meramente ideológica. Es como pensar que el Gobierno de Estados Unidos imponga sobretasas arancelarias a los piñeros para beneficiar a su sector agrícola.

Si esto pasara, la fruta costarricense no se consumiría en el pequeño mercado interno, lo que causaría la quiebra de muchas empresas exportadoras y, como segunda consecuencia, el despido de empleados.

El gobierno sabe que el modelo de apertura comercial ha permitido la exportación de diferentes productos, lo que ha generado entrada de divisas y la creación de empleo en el país.

Está demostrado que el comercio internacional ha ayudado a países comunistas como China y Vietnam a crecer por encima del 10% anual y bajar la pobreza a menos de un digito.

Capacitación. En lugar de renegar del modelo, lo que debe hacerse es capacitar a los productores de arroz, leche y cerdo para que sean más eficientes, y después pensar en exportar, no sin antes darle un valor agregado para diferenciar nuestra producción de la competencia externa.

Es inconveniente seguir pidiéndole al Gobierno políticas comerciales mercantilistas que no permiten el desarrollo por competitividad, sino por un arancel que no contribuye a que la competencia externa entre a sus mercados.

Los productores deben entender que la globalización los obliga a ser eficientes y competitivos, como lo han hecho en los sectores antes mencionados. Solamente se requiere pensar en grande y asesorarse bien.

He ahí el reto de la academia y del Ministerio de Agricultura: capacitar a los productores para crear alianzas estratégicas y encadenamientos productivos, pero no dirigidos al mercado interno, como lo hizo el modelo de sustitución de importaciones, sino pensando en el modelo de apertura comercial que ha demostrado ser más exitoso
Este artículo fue publicado en LA NACION el 31/7/2015 
http://www.nacion.com/opinion/foros/Inconveniente-proteccionismo_0_1503049686.html

miércoles, 25 de marzo de 2015

Cambio en la estructura productiva del país

Ante las últimas noticias de la salida de empresas manufactureras del país  es importante tomar en consideración dos conceptos muy importantes: el de la ventaja absoluta y el de la ventaja comparativa.

La ventaja absoluta se obtiene cuando una empresa puede producir los productos más baratos y eficientes que los de la competencia.  La ventaja comparativa es cuando una empresa logra cierta especialización y logra producir eficientemente por el menor costo de oportunidad lograda por la especialización que puede ser por la innovación, educación entre otros.

Actualmente, Costa Rica ha ganado ventaja comparativa en la producción de productos de alta tecnología, como los dispositivos médicos, ventaja que se obtiene debido a la mano de obra calificada con que cuenta el país, así como por la especialización y la innovación de los productos. Sin embargo, ha perdido la ventaja absoluta que se tenía en la producción de bienes manufacturados, ya que estos han empezado a migrar hacia Guatemala, el Salvador, Vietnam y Nicaragua debido a los altos costos de electricidad en el país, la existencia de monopolios, la tramitología, los altos aranceles y sobretasas arancelarias y los costos de los fletes de exportación. Es decir, ya no tenemos una ventaja absoluta en los productos manufacturados industriales como la industria textil, la fabricación de alimentos, la fabricación de “snacks”, entre otros.

Con todo, la inversión en educación que ha realizado el país está dando sus frutos, pues la parte de investigación y desarrollo de las empresas se queda en el país, lo que atrae nuevas empresas debido a la calidad de la mano de obra, sobre todo en cuanto a las ingenierías y las ciencias administrativas. Esto porque este tipo de mano de obra es el que no pueden obtener en los otros países de Centroamérica.

El gobierno debe hacer todo lo humanamente posible para que las empresas no continúen saliendo; es decir, debe bajar el precio de la electricidad y el de los aranceles, romper monopolios y bajar los costos en los trámites de exportación. Pero, todavía más importante, seguir invirtiendo más en educación, sobre todo en la educación universitaria de calidad: aumentar los cupos de estudiantes en la universidades públicas (esto puede lograrse privatizando los bancos del Estado para que sean más eficientes y menos corruptos, y que con el dinero producto de la privatización puedan así abrirse más cupos en las universidades). Todo esto con el objetivo de formar el recurso humano que requieren las empresas de la industria de alta tecnología, y con ello aumentar la ventaja comparativa que tenemos en educación y especialización de mano de obra.

Es importante que el gobierno cambie el rumbo en su política económica, que el INA, por ejemplo,  tenga una mayor presencia en las zonas rurales para capacitar a los pobladores en biotecnología, electrónica, mantenimiento industrial; es decir, la mano de obra que va a necesitar la nueva economía del conocimiento. Lo extraño es que, a pesar de esto,  el nuevo ministro de agricultura sigue pensando en reactivar el agro, el cual ha perdido preponderancia en el nuevo PIB, rumbo equivocado, desde mi punto de vista.


Ha llegado la hora de cambiar. Si queremos seguir creciendo para tener una ventaja comparativa en educación e innovación debemos seguir invirtiendo más en ella y, lo más importante, preparar nueva mano de obra capacitada. No más obreros, sino técnicos calificados para enfrentar los nuevos retos. 

jueves, 5 de marzo de 2015

Ya no es negocio exportar materias primas

La situación económica a nivel mundial va a seguir deprimida. Según los últimos pronósticos del FMI, la economía en Latinoamérica crecerá un 3%. A nivel mundial, los motores de la economía como China e India han venido desacelerándose y estas a su vez han venido afectando a otras economías emergentes de América Latina que la suplen de materias primas como soya, cobre, oro, hierro, aluminio, petróleo, entre otros.

Las economías emergentes que exportan en mayor proporción materias primas seguirán siendo economías muy dependientes de sus recursos naturales, como es el caso de Venezuela, Perú y Argentina. Si estas economías no diversifican sus exportaciones, seguirán siendo países con dificultades para llegar a un grado de desarrollo mayor, como sí lo están logrando Brasil, Chile y Colombia.

En Latinoamérica se pueden ver dos tipos de países, los que exportan commodities, y los que exportan productos con alto valor agregado. Los primeros, si no aprovechan los recursos excedentes que les dejan los recursos naturales para invertir en investigación y desarrollo, seguirán siendo países subdesarrollados con escasas posibilidades para desarrollar ciencia, tecnología e innovación. En la mayoría de los casos, esos recursos excedentes no se utilizan en mejorar la calidad de la educación pública, por eso las universidades latinoamericanas no figuran en los rankings de las mejores cien universidades del mundo, a diferencia de las universidades norteamericanas, europeas y asiáticas.

Capacitación del Recurso Humano.Es un imperativo que los países de Latinoamérica aprovechen éstas épocas de “vacas flacas”, para capacitar y mejorar las habilidades y destrezas de su recurso humano invirtiendo más en educación, de manera que cuando vengan las “vacas gordas” logren atraer la mayor cantidad de inversión directa extranjera pero con alto valor agregado, como en el caso de Dinamarca que invierte el 8%  de su PIB en educación. Esto le ha permitido que su recurso humano sea altamente competitivo y sea el décimo país más desarrollado del mundo según el Rankin de las Naciones Unidas al 2013.

¿Qué permite la inversión en educación? Permite tener mejores empleos con mayor remuneración. No es lo mismo ofrecer mano de obra barata, como en el caso de algunos países latinoamericanos, que ofrecer mano de obra especializada. Por ejemplo, las maquilas que vienen a Centroamérica pagan salarios de doscientos dólares mensuales (mano de obra barata); en cambio, las industrias con alto componente tecnológico pueden estar pagando entre mil a mil quinientos dólares mensuales (mano de obra especializada).

Innovación y Tecnología.La economía del conocimiento va a desplazar los recursos naturales haciendo que aquellos países que inviertan en educación sean más ricos que los que siguen explotando los recursos naturales no renovables. Los términos de intercambio de aquellos países que inviertan en tecnología e innovación serán mayores que aquellos que  sigan explotando los recursos naturales sin una visión de largo plazo.


¿Cómo logramos ser países líderes en tecnología e innovación? En primer lugar hay que invertir por lo menos el 7% del PIB en educación –educación superior universitaria y educación técnica-.  Muchas veces las familias de los países latinoamericanos tienen la creencia equivocada de que para tener éxito en la vida hay que estudiar una carrera universitaria, y con mucho esfuerzo pagan los estudios de sus hijos que cuando terminan tienen que manejar un taxi por que no encuentran empleo en su profesión. La economía necesita profesionales, pero mayoritariamente necesita técnicos. La demanda de técnicos ha crecido en mayor proporción que los profesionales; las diferentes cámaras empresariales lo dicen: “necesitamos más técnicos y menos profesionales”. Para poder desarrollar las capacidades del recurso humano se deben crear a la par de las universidades escuelas técnicas que gradúen electricistas, biotecnólogos, mecánicos, técnicos en electrónica, técnicos en equipos médicos, entre otros.
Publicado en la Nación el 4/3/2015
http://www.nacion.com/opinion/foros/negocio-exportar-materias-primas_0_1473252665.html

miércoles, 18 de febrero de 2015

¿Por qué los países ricos en recursos naturales son los más pobres del mundo?

Muchas veces vemos países que son ricos en recursos naturales pero son pobres y subdesarrollados y nos preguntamos ¿Por qué ocurre eso? Para poder responder esta pregunta analizaremos algunos conceptos e ideas sobre este tema.

El excremento del diablo. La enorme riqueza en recursos naturales de los países productores de petróleo es muchas veces mal administrada y termina siendo una “maldición”. Esto se da generalmente por  algunos  aspectos.

La enorme cantidad de “petrodólares” que ingresan por la venta de petróleo a otros países produce ciertos desequilibrios como la revaluación de la moneda; esto provoca que los productos de ese país no sean competitivos a nivel internacional. Es decir, los productos son más caros que los competidores internacionales, lo que también afecta al sector no petrolero de la economía.

A menudo se utilizan términos como “maldición de los recursos” y “excremento del  diablo” para demostrar que la explotación de estos recursos genera despilfarro, corrupción, consumo excesivo y deuda, como se ha visto en los últimos quince años en los gobiernos de Venezuela con Chávez y Maduro.

La enorme volatilidad que existe en los precios del petróleo en los últimos años a raíz del petróleo a base de esquisto que se está produciendo en EE.UU. ha permitido aumentar la oferta y, por ende, la disminución de los precios a nivel mundial. Esto ha afectado la economía de otros países productores, pero sobre todo a los que se encuentran más endeudados.

Distribución del ingreso. Para poder retribuir la riqueza entre sus habitantes muchos gobiernos  utilizan diferentes formas de retribución, como por ejemplo el subsidio directo hacia los pobres (las denominadas “misiones en Venezuela”); el subsidio sobre el precio de la gasolina, del que se benefician tanto “ricos” como “pobres”; y  los programas de transferencias de efectivo condicionales, hoy populares en muchas economías en desarrollo. Asimismo, también se pueden socavar incentivos al trabajo, entre otros.

Muchas veces las misiones y las transferencias en efectivo generan cierto desincentivo para trabajar productivamente. Como muchos habitantes de estos países esperan que el Estado les tienda una mano, no se preocupan por buscar un empleo remunerado, lo que perpetúa el círculo vicioso de la pobreza. Estos programas han sido muy criticados en el mundo porque generan cierta dependencia de los pobres hacia los gobernantes de turno y porque en muchas ocasiones esta dependencia se transforma en compra de votos en las elecciones, como en el caso venezolano.

Los gobernantes de turno utilizan estos programas sociales para incentivar la compra de votos y poder perpetuarse en el poder, y por ende en la corrupción, lo que violenta la democracia que debe predominar en los países. Estos programas de ayuda social generan un enorme gasto del sector público, ya que se financian con los ingresos por la renta petrolera.

Eficiente administración de los recursos. En mi opinión, para poder romper con la “maldición de los recursos” se deben considerar tres aspectos importantes.

Primero: Los ingresos por la renta petrolera deben ser  administrados eficientemente  para evitar los derroches en los denominados programas sociales que muchas veces terminan en casos de corrupción, y que no llegan directamente a las personas indicadas, sino que se pierden en el camino. Además, se ha demostrado que estos programas no combaten la pobreza, ya que crean más pobres porque hay un desincentivo hacia la producción. Por lo tanto, para evitar estos derroches el Estado debe administrar celosamente estos recursos y destinarlos a personas que no tienen posibilidades de trabajar como los minusválidos o personas con alguna discapacidad mental. Los demás que trabajen y no esperen que el Estado los mantenga, como ocurre en muchos casos.

Segundo: Se debe crear una red de financiamiento para la creación de pequeñas empresas para las personas de bajos ingresos  que puedan demostrar una viabilidad comercial y financiera de su idea de negocios. Esto generará puestos de trabajo y creación de riqueza tanto para las personas como para el país; esto último por los ingresos que se obtengan por el pago de impuestos. Además, el Estado no solo debe otorgar financiamiento y desentenderse de los emprendedores, sino que debe darles todo el acompañamiento para que estos emprendedores sean exitosos, por ejemplo en temas de gerencia y estrategia.


Tercero: Hay que invertir en educación técnica y universitaria para crear una economía de conocimiento. Los países no pueden vivir toda su vida explotando sus recursos naturales porque estos no son renovables; en algún momento se acabarán y no contaremos con ellos. Por eso es importante diversificar la economía, pero para ello necesitamos mano de obra especializada no solo a nivel universitario sino también técnico.

jueves, 29 de enero de 2015

Salarios competitivos en las Universidades

El periódico La Nación , en su editorial del 7 de enero, hace la siguiente afirmación: “Como resultado de los injustos y caros sistemas de remuneración, un profesor con 20 años de servicio, por simple antigüedad, puede ganar hasta tres veces más que un profesional nuevo, con formación académica igual o mejor y, probablemente, más actualizado e innovador”. Esta afirmación es errónea, es como pedir que un joven abogado gane igual que un magistrado que tiene muchos años de ejercer el derecho.
El régimen de remuneraciones de las universidades públicas es el mejor y más meritocrático que existe en el mercado laboral público. Para que un profesor llegue a ser catedrático tiene que acumular experiencia profesional, atestados académicos, publicaciones e investigaciones; es decir, no es lo mismo un profesor instructor que un catedrático. Sin embargo, La Naciónse esmera en hacer ver que en los salarios de los profesores existe cierto despilfarro de recursos.
Para llegar a ser un país desarrollado existen tres vías: capital humano, aumento del capital y aumento de la tecnología. Para lograr el primero y el tercero necesitamos universidades públicas competentes.
¿Cuál es el requisito para ser diputado? Solamente ser costarricense. Gracias a esto Silvia Sánchez, joven e inexperta diputada, gana más que catedráticos que han realizado doctorados en el extranjero, publicado libros y realizado ponencias en el extranjero. El caso de esta diputada sí constituye un despilfarro de recursos, que el Estado debería regular.
Profesores calificados. El trabajo de un catedrático es igual que el de un magistrado: tienen que publicar libros, tener un doctorado en su especialidad y acumular experiencia profesional en su campo. Por todo esto considero que los catedráticos deben ganar igual que los magistrados, como ocurre en otros países del mundo. Es como pedir que un joven periodista que viene de hacer un postgrado en el extranjero gane igual que el director del periódico. Señores de La Nación, sean más serios y rigurosos en sus análisis. No se puede afirmar tan alegremente el demérito de aspectos tan importantes como la formación de los profesionales de nuestro país. Debemos exigir que los profesores universitarios tengan el conocimiento y la experiencia adecuada para formar a nuestros estudiantes.
En las universidades de EE. UU. y Chile, con el fin de atraer a los mejores profesores de negocios a sus facultades, se contrata a los mejores gerentes generales de las empresas, a quienes se les paga el salario de mercado que obtienen al ejercer su puesto.
Por lo tanto, si queremos apuntar a ser un país desarrollado, se deben tener universidades de primer nivel, para lo cual es necesario lograr atraer el mejor recurso humano. Para ello, sin embargo, hay que tener salarios competitivos, muy al contrario de lo que afirma La Nación en su editorial de marras.
Publicado en La Nación el 29/1/2015
http://www.nacion.com/opinion/foros/Salarios-competitivos-universidades_0_1466453341.html

lunes, 26 de enero de 2015

¿Por qué algunos productos que se producen en Costa Rica son más altos que otros que se producen en el mundo?

Una de las principales causas por la cual todavía existe una preponderante desigual en la distribución de la riqueza en algunos países, sobre todo los latinoamericanos, es por la existencia de monopolios (una sola empresa que vende el producto o servicio) y aranceles altos (impuestos que se cobran a la importación de productos) en la estructura productiva y comercial de esos países.

Cuando se privatizó Teléfonos de México se pasó de un monopolio público a uno privado; éstos son todavía más sanguinarios, pues se apoderan del enorme excedente del consumidor para apropiarse y hacerse ricos a costa del sufrido cliente, o sea de todos nosotros. Los mexicanos, con salarios diez veces menores que los europeos y norteamericanos, tenían que pagar por el servicio telefónico en su país diez veces más que en Europa y EEUU. De esta manera, Carlos Slim llegó a ser el segundo hombre más rico del mundo.

En EEUU existe una ley que prohíbe la existencia de monopolios denominada la “Ley Sherman”. Esta ley le exigió a Microsoft  pagar una multa multimillonaria por prácticas monopólicas. Así es cómo todo Estado debe proteger a sus ciudadanos de los voraces monopolistas. Para explicar un poco este tema vamos a ver el siguiente análisis.

Mientras más cerrada es una economía (presencia de monopolios y aranceles altos a los principales productos), más altos son los precios de los productos nacionales o importados en dicha economía. Ejemplo de ello son los programas de software de Microsoft en el mundo, el precio de la leche, la electricidad, el arroz y los frijoles en Costa Rica. En cambio, mientras más abierta sea una economía (apertura comercial, aranceles bajos, eliminación de monopolios), los precios de los bienes y servicios nacionales o importados son más bajos. Este es el caso de la telefonía celular, los seguros y los créditos bancarios en Costa Rica.

Lo que ocurre en Costa Rica. En Costa Rica todavía existe un 20% de la población que vive en condiciones de pobreza, esto según el Instituto Nacional de Estadística y Censos. Es decir, existen novecientas veinte mil personas que ganan 200 mil colones al mes y que se consideran pobres. ¿Es justo que paguen más por la leche, el arroz, los frijoles y la electricidad que otros países del mundo?

En economía existe una herramienta muy importante que se llama el beneficio-costo,  la cual trata de sopesar en la balanza los beneficios y los costos a la hora de tomar una decisión económica a nivel familiar, empresarial, municipal y de Gobierno. ¿Es justo beneficiar a un grupo de productores con aranceles altos y estructuras monopólicas en desmedro de cuatro millones seiscientos mil habitantes? ¿Es justo que una familia de bajos ingresos, cuya mayor parte de su renta la consume en alimentación, tenga que pagar por algunos productos y servicios mucho más que en Europa y otras partes del mundo? Cuando esto sucede, la parte del excedente del consumidor pasa a las manos del productor para que se haga más rico, porque el Estado, a través de políticas mercantilistas y -sobre todo- perjudiciales para las de personas de menores ingresos, ha permitido que sucedan estas cosas. Como dice Xavier Serbia, “Toma nota.”

¿Qué debe hacer el Gobierno? El objetivo de todo Gobierno que se digne de proteger a sus conciudadanos es eliminar todo tipo de monopolio, sea público o privado, porque son muy dañinas para la economía en su conjunto, y sobre todo para las clases económicas más desprotegidas. Este segmento de la población gasta sus escasos recursos económicos en comida, electricidad, pasajes de bus, alquileres de vivienda, etc. Asimismo, es responsabilidad del Gobierno contribuir con los procesos de apertura comercial para bajar a cero los aranceles de los principales productos de la canasta básica familiar. Sin embargo, es aquí donde saltan los populistas para afirmar: “La seguridad alimentaria… ¡Debemos producir lo que nos vamos a comer!”. Pero eso es un cuento que nos han vendido desde hace muchos años. Singapur, por ejemplo, es un pequeño país que no tiene recursos naturales y no siembra ni produce alimentos de primera necesidad; era un país pobre, mucho más pobre que muchos países latinoamericanos como Nicaragua y Bolivia. Hoy, es un país rico que importa lo que su población consume y que tiene los recursos económicos para hacerlo debido a su ingreso per cápita de 55 182 dólares.


Por lo tanto, para contribuir con la disminución de la injusta distribución de la riqueza, mejorar la calidad de vida de los habitantes de un país y disminuir la inflación, los gobiernos deben eliminar los monopolios públicos y privados, y contar con procesos de apertura comercial (disminución de los aranceles de los productos importados). Costa Rica ya inició la apertura del mercado de las telecomunicaciones y los seguros, logrando en ambos casos un aumento en los servicios y una disminución de los precios, lo que ha beneficiado a los consumidores. Al obligar a los productores a ser más eficientes se incide positivamente en el mercado de los supermercados, para el beneplácito de los que menos tienen. Falta entonces que ocurra lo mismo con la leche, el arroz,  el pollo y los frijoles.