En la última edición de “Perspectivas de la economía mundial”
(Informe WEO), el FMI pronostica que el crecimiento mundial será de
3.3% en 2014, es decir sin variación con respecto al 2013, y que se elevará a
3.8% en 2015.
Según el FMI, los pronósticos para América Latina serían de
1.3% en 2014 (la segunda tasa de crecimiento más baja en los últimos 12 años) y
2.2% en 2015. Esta disminución en 2014 se debería a la disminución de la
demanda externa y a los términos de intercambio menos favorables. En cada país
esta desaceleración responde a diferentes causas, pero se han detectado
principalmente dos: la disminución de los precios de las materias primas y la
incertidumbre domestica (percepción de las políticas internas). Algo muy
importante que hay que recalcar es que el boom de los precios de las materias
primas se agotó en 2011.
Entre los retos que tienen los países de América Latina están:
aplicar reformas estructurales, mejorar el clima de negocios, potenciar el
desempeño de los sistemas de educación y reorientar los recursos escasos
presupuestarios a la inversión en infraestructura.
La
situación en Costa Rica. Según el Banco Central de Costa Rica (BCCR), el
crecimiento del PIB para el 2014 y 2015 será de 3.6% y 3.4%, respectivamente. El
déficit de la cuenta corriente (exportaciones menos importaciones) será de -5,3
% en el 2014 y de -5,4% en el 2015. Por su parte, el déficit del gobierno
central será de -6% del PIB en el 2014 y -6,6% del PIB en el 2015.
La situación a nivel internacional será más adversa por la
disminución de la demanda a nivel mundial y los conflictos en Oriente Medio,
además con la culminación de la política monetaria súper expansiva que permitió
que la Reserva Federal (El Banco Central de los Estados Unidos) disminuyera la
compra de bonos hasta 85 mil millones de dólares mensuales. ¿Esto qué
significa?, pues que muchos dólares, o mejor dicho “capitales golondrinos”, que
llegaron a Costa Rica por una mejor tasa de interés, comenzarían a retornar
nuevamente a los Estados Unidos.
La salida de la planta de manufactura de Intel que facturaba
2 mil millones de dólares anuales provocará una disminución de la oferta de
dólares, y la salida de dólares por el incremento de la tasa de interés en los
EUA será la causa de una probable devaluación del colón con respecto al dólar,
a no ser que el Banco Central salga a vender dólares, presionando a la baja el
tipo de cambio.
La buena noticia es la disminución del precio del petróleo en
un 25% de setiembre a octubre de este año, ya que esto quitará presión a las
importaciones, sobre todo de petróleo, y logrará la disminución de las
importaciones, lo que contribuye a disminuir el déficit comercial. Pero la mala
noticia es que el déficit del gobierno central -6,6% del PIB para el 2015-
encarecerá el costo de financiarse en Costa Rica, a no ser que el gobierno
emita nuevos eurobonos; sin embargo, como las Clasificadoras de Riesgo bajaron
la nota a nuestro país, se tendría que pagar una tasa de interés más alta. Lo irónico sería que esto produciría una
disminución de la inflación importada por los bienes transables (petróleo),
pero se incrementaría por el déficit fiscal.
Elementos
a considerar. El
gobierno del presidente Luis Guillermo Solís debe bajar el déficit fiscal para
disminuir el estrujamiento de la economía (disminución de la producción por el
incremento de la tasa de interés), ya que un riesgo latente sería el aumento de
la inflación. El Banco Central tiene que estar preparado ante una eventual
devaluación del colón, para no presionar sobre la inflación y los costos de
producción, y así poder seguir fomentando el empleo y la producción. Si bien es
cierto un poco de devaluación es bueno para que nuestros productos sean
competitivos, en las actuales circunstancias sería perjudicial para la
economía.
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