Vistas de página en total

domingo, 16 de noviembre de 2014

La izquierda gobierna Costa Rica

La amenaza que representaba el Frente Amplio con sus ideas estatistas y de controles de precios, se había alejado de las elecciones pasadas, pero una vez más tenemos un gobierno que ha virado a la izquierda, alineándose con gobiernos como Argentina, Venezuela y Ecuador. El deseo del presidente, Luis Guillermo Solís, es un gobierno con inclusión social, lo cual es válido, pero por la experiencia de este tipo de gobiernos, no ha funcionado, ni funcionará.

Los gobiernos mencionados han predominado en una fuerte participación del Estado para hacer crecer sus economías, esto en macroeconomía se llama: “Políticas fiscales expansivas”, pero ¿cómo es eso?  Los países pueden crecer a través de un mayor consumo, un mayor gasto del sector público, un aumento de la inversión, sea nacional o extranjero, un aumento de las exportaciones y las importaciones. Los países mencionados no confían en la inversión directa extranjera, por su ideología: “marxista-leninista”; desprecian el aporte de esta inversión en sus economías, lo que provoca un aumento del gasto del sector público hacia transferencia, vía subsidios y estatizan empresas que, una vez que llegan a ser parte del Estado, aplican controles de precios, como lo hizo Venezuela y Argentina. Estas políticas económicas funcionan en el corto plazo, pero no en el largo, ya que una vez que se agoten los recursos, entrarán en ciclos recesivos como lo estamos viendo ahora.

Cómo piensa el Gobierno. De acuerdo con las últimas medidas del Gobierno, puedo inferir que se pretende una participación más activa de parte del Estado, para incentivar el gasto del sector público y así aumentar más recursos a sectores mercantilistas de la economía, como el agropecuario. Prueba de ello, es que se pretende reactivar el Consejo Nacional de Producción (CNP) y dotar con más recursos al sector agropecuario, lo cual está bien, pero dentro de ese “saco” entran grandes productores mercantilistas que no han hecho nada por ser eficientes y han crecido a costa de los consumidores con aranceles altos y medidas proteccionistas. Casos así, se evidencian en los reportajes sobre el caso del sector arrocero, uno de los más ricos del país, tiene un arancel del 35% y un monopsonio – un solo comprador -, para la importación del grano (CONARROZ) que bajaba el precio a nivel internacional, pero en Costa Rica nunca bajaba.

El Gobierno del presidente  Luis Guillermo Solís, está estudiando la adhesión a la Alianza para el Pacífico (APEC), sin embargo, ha mostrado un interés por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), por la integración hacia Centroamérica, es decir, tiene un enfoque más Cepalino del modelo de sustitución de importaciones, liderado por un economista argentino Raúl Prebisch, quien en la década del 70, decía que los males de América Latina giraban en torno a la relación centro-periferia que ejercía EUA  sobre las economías; también influenciado por Eduardo Galeano y su libro “Las Venas abiertas de América Latina”. Entonces, deberíamos dejar de importar de EEUU y otros países del norte, y producir los productos manufacturados que anteriormente se importaban para el mercado interno, fijando aranceles altos a la importación. Este modelo fracasó y muchos países tuvieron problemas por implementarlo.

La reciente renuncia de Gabriela Llobet a la Coalición de Iniciativas de Desarrollo (CINDE), nos demuestra que sus ideas no encajaban con el nuevo gobierno, que no cree mucho en la apertura comercial y la atracción de inversión directa extranjera.

Cuáles son los próximos pasos. El gobierno pretende incentivar el crecimiento de la demanda interna, como bien lo ha dicho el Ministro de la Presidencia, en una entrevista que dio al Semanario el Financiero del 29 de setiembre al 5 de octubre del presente año, y cito textualmente: “Nosotros creemos que al CNP hay que mejorarlo, reorganizarlo, darle una plataforma empresaria totalmente. Como se lo he dicho, de la misma forma en que Cinde, Procomer y Comex se han metido como plataformas para hacer mercado a esas empresas. A veces esto me preocupa. El sector empresarial costarricense no se hizo competitivo solo. Lo logró con crédito estatal, con plataformas como Comex, Cinde, Procomer. Entonces las condiciones para el otro motor (el de pequeños y medianos) deben crearse. Eso es lo que nos preocupa”.

Una vez más, el enfoque Cepalino del Desarrollo se asoma en la Costa Rica que era el pequeño gigante de Centroamérica, donde nos envidiaban Panamá, Honduras, el Salvador y Guatemala, por la enorme inversión directa extranjera que llegaba al país: un promedio de dos mil millones de dólares anuales. Hoy, esa inversión se está yendo, como el caso de Intel, Bank of América,  Textilera Carter y Yanber, que en promedio han despedido a 4500 personas entre hombres y mujeres jefas de hogar.

Que Dios nos agarre confesados. Los que decían que el nuevo gobierno no tenía un rumbo, estaban equivocados, claro que lo tiene, el modelo de desarrollo es de crecimiento hacia adentro, modelo caduco de los años 70, más conocido como el modelo de sustitución de importaciones, que desprecia el aporte de la inversión directa extranjera. Este modelo tiene su partida en el célebre libro de Eduardo Galeano: “Las venas abiertas de América Latina”, que es la  biblia de los académicos de izquierda de nuestro país. Galeano se arrepintió de haber escrito ese libro, según comentó, porque no sabía nada de economía…

Espero por el bien de todos nosotros, que el gobierno rectifique su camino y no se parezca algún día a la Venezuela de Maduro  o la Argentina de Cristina, gobiernos donde la ideología (marxista-leninista), tiene preponderancia sobre la teoría económica.


Coincido plenamente en la inclusión social, pero no en la manera que lo piensa llevar a cabo el Gobierno, porque todo modelo de inclusión debe tener tres pilares: aumento de capital, (nacional o extranjero), aumento de la educación superior y técnica, aumento de la tecnología. Cuando logremos aumentar estos tres cimientos, tendremos el mejor modelo de desarrollo en Costa Rica. La consigna sería: primero crecemos y después repartimos…, pero como ya no habría pobres, por el modelo de inclusión, porque la gran mayoría de la población sería educada, capacitada y con buenos salarios, entonces no haría falta el modelo asistencialista que pretende el presidente Luis Guillermo Solís.

No hay comentarios:

Publicar un comentario