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miércoles, 25 de marzo de 2015

Cambio en la estructura productiva del país

Ante las últimas noticias de la salida de empresas manufactureras del país  es importante tomar en consideración dos conceptos muy importantes: el de la ventaja absoluta y el de la ventaja comparativa.

La ventaja absoluta se obtiene cuando una empresa puede producir los productos más baratos y eficientes que los de la competencia.  La ventaja comparativa es cuando una empresa logra cierta especialización y logra producir eficientemente por el menor costo de oportunidad lograda por la especialización que puede ser por la innovación, educación entre otros.

Actualmente, Costa Rica ha ganado ventaja comparativa en la producción de productos de alta tecnología, como los dispositivos médicos, ventaja que se obtiene debido a la mano de obra calificada con que cuenta el país, así como por la especialización y la innovación de los productos. Sin embargo, ha perdido la ventaja absoluta que se tenía en la producción de bienes manufacturados, ya que estos han empezado a migrar hacia Guatemala, el Salvador, Vietnam y Nicaragua debido a los altos costos de electricidad en el país, la existencia de monopolios, la tramitología, los altos aranceles y sobretasas arancelarias y los costos de los fletes de exportación. Es decir, ya no tenemos una ventaja absoluta en los productos manufacturados industriales como la industria textil, la fabricación de alimentos, la fabricación de “snacks”, entre otros.

Con todo, la inversión en educación que ha realizado el país está dando sus frutos, pues la parte de investigación y desarrollo de las empresas se queda en el país, lo que atrae nuevas empresas debido a la calidad de la mano de obra, sobre todo en cuanto a las ingenierías y las ciencias administrativas. Esto porque este tipo de mano de obra es el que no pueden obtener en los otros países de Centroamérica.

El gobierno debe hacer todo lo humanamente posible para que las empresas no continúen saliendo; es decir, debe bajar el precio de la electricidad y el de los aranceles, romper monopolios y bajar los costos en los trámites de exportación. Pero, todavía más importante, seguir invirtiendo más en educación, sobre todo en la educación universitaria de calidad: aumentar los cupos de estudiantes en la universidades públicas (esto puede lograrse privatizando los bancos del Estado para que sean más eficientes y menos corruptos, y que con el dinero producto de la privatización puedan así abrirse más cupos en las universidades). Todo esto con el objetivo de formar el recurso humano que requieren las empresas de la industria de alta tecnología, y con ello aumentar la ventaja comparativa que tenemos en educación y especialización de mano de obra.

Es importante que el gobierno cambie el rumbo en su política económica, que el INA, por ejemplo,  tenga una mayor presencia en las zonas rurales para capacitar a los pobladores en biotecnología, electrónica, mantenimiento industrial; es decir, la mano de obra que va a necesitar la nueva economía del conocimiento. Lo extraño es que, a pesar de esto,  el nuevo ministro de agricultura sigue pensando en reactivar el agro, el cual ha perdido preponderancia en el nuevo PIB, rumbo equivocado, desde mi punto de vista.


Ha llegado la hora de cambiar. Si queremos seguir creciendo para tener una ventaja comparativa en educación e innovación debemos seguir invirtiendo más en ella y, lo más importante, preparar nueva mano de obra capacitada. No más obreros, sino técnicos calificados para enfrentar los nuevos retos. 

jueves, 5 de marzo de 2015

Ya no es negocio exportar materias primas

La situación económica a nivel mundial va a seguir deprimida. Según los últimos pronósticos del FMI, la economía en Latinoamérica crecerá un 3%. A nivel mundial, los motores de la economía como China e India han venido desacelerándose y estas a su vez han venido afectando a otras economías emergentes de América Latina que la suplen de materias primas como soya, cobre, oro, hierro, aluminio, petróleo, entre otros.

Las economías emergentes que exportan en mayor proporción materias primas seguirán siendo economías muy dependientes de sus recursos naturales, como es el caso de Venezuela, Perú y Argentina. Si estas economías no diversifican sus exportaciones, seguirán siendo países con dificultades para llegar a un grado de desarrollo mayor, como sí lo están logrando Brasil, Chile y Colombia.

En Latinoamérica se pueden ver dos tipos de países, los que exportan commodities, y los que exportan productos con alto valor agregado. Los primeros, si no aprovechan los recursos excedentes que les dejan los recursos naturales para invertir en investigación y desarrollo, seguirán siendo países subdesarrollados con escasas posibilidades para desarrollar ciencia, tecnología e innovación. En la mayoría de los casos, esos recursos excedentes no se utilizan en mejorar la calidad de la educación pública, por eso las universidades latinoamericanas no figuran en los rankings de las mejores cien universidades del mundo, a diferencia de las universidades norteamericanas, europeas y asiáticas.

Capacitación del Recurso Humano.Es un imperativo que los países de Latinoamérica aprovechen éstas épocas de “vacas flacas”, para capacitar y mejorar las habilidades y destrezas de su recurso humano invirtiendo más en educación, de manera que cuando vengan las “vacas gordas” logren atraer la mayor cantidad de inversión directa extranjera pero con alto valor agregado, como en el caso de Dinamarca que invierte el 8%  de su PIB en educación. Esto le ha permitido que su recurso humano sea altamente competitivo y sea el décimo país más desarrollado del mundo según el Rankin de las Naciones Unidas al 2013.

¿Qué permite la inversión en educación? Permite tener mejores empleos con mayor remuneración. No es lo mismo ofrecer mano de obra barata, como en el caso de algunos países latinoamericanos, que ofrecer mano de obra especializada. Por ejemplo, las maquilas que vienen a Centroamérica pagan salarios de doscientos dólares mensuales (mano de obra barata); en cambio, las industrias con alto componente tecnológico pueden estar pagando entre mil a mil quinientos dólares mensuales (mano de obra especializada).

Innovación y Tecnología.La economía del conocimiento va a desplazar los recursos naturales haciendo que aquellos países que inviertan en educación sean más ricos que los que siguen explotando los recursos naturales no renovables. Los términos de intercambio de aquellos países que inviertan en tecnología e innovación serán mayores que aquellos que  sigan explotando los recursos naturales sin una visión de largo plazo.


¿Cómo logramos ser países líderes en tecnología e innovación? En primer lugar hay que invertir por lo menos el 7% del PIB en educación –educación superior universitaria y educación técnica-.  Muchas veces las familias de los países latinoamericanos tienen la creencia equivocada de que para tener éxito en la vida hay que estudiar una carrera universitaria, y con mucho esfuerzo pagan los estudios de sus hijos que cuando terminan tienen que manejar un taxi por que no encuentran empleo en su profesión. La economía necesita profesionales, pero mayoritariamente necesita técnicos. La demanda de técnicos ha crecido en mayor proporción que los profesionales; las diferentes cámaras empresariales lo dicen: “necesitamos más técnicos y menos profesionales”. Para poder desarrollar las capacidades del recurso humano se deben crear a la par de las universidades escuelas técnicas que gradúen electricistas, biotecnólogos, mecánicos, técnicos en electrónica, técnicos en equipos médicos, entre otros.
Publicado en la Nación el 4/3/2015
http://www.nacion.com/opinion/foros/negocio-exportar-materias-primas_0_1473252665.html